Existen acolchados o edredones naturales y sintéticos. El acolchado natural es aquel que está relleno de plumas o plumones, mientras que el sintético, como ocurre con las almohadas, está relleno de fibras de poliéster que pueden llegar a imitar bastante bien el efecto de las plumas.

Los acolchados guardados durante el verano, pueden deteriorarse de una estación a otra si no los almacenamos con el cuidado necesario. Asimismo, si no hemos tomado la precaución de lavarlos antes de guardarlos durante el verano, es muy posible que al volver a sacarlos detectemos un olor desagradable que nos obligue a lavarlos antes de poder usarlos de nuevo.

Por ello, es recomendable lavar el acolchado, al menos, en el cambio de estación, antes de guardarlo en el armario. Así evitaremos que acumule esos olores desagradables que tendremos que eliminar de vuelta al invierno. Pero para ello no hay por qué recurrir a la tintorería. Ahorra dinero lavándolos en casa siguiendo estos sencillos pasos que dejarán tus edredones como nuevos.

Para lavarlo solo con la lavadora deberás introducir el edredón en el tambor sin ninguna otra prenda y con dos o trespelotas de tenis nuevas, que ayudarán a mover el relleno. Utiliza jabón suave, un programa delicado, sin suavizante, y consulta la temperatura que recomienda el fabricante. Si dudas, prográmalo con agua fría para evitar riesgos.

Al terminar, no te preocupes si el edredón ha quedado grisáceo y muy aplastado, al secarse volverá a su aspecto original. Tiéndelo en un lugar bien ventilado al que no dé directamente el sol, para evitar decoloraciones. Agita el relleno de vez en cuando para que no se apelmace.

Al margen de estos lavados de temporada, se recomienda un lavado en seco cada tres o cuatro años, para garantizar la máxima durabilidad del nórdico.

Una vez lavados, ahorra espacio guardando los edredones de tu casa en bolsas de almacenaje al vacío. Son muy económicas y con un solo toque de aspirador te permiten reducir el grosor de tu colcha a más de la mitad. Además, evitan que los olores se acumulen en la ropa durante los meses de calor.